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Existe un momento en nuestra vida en la que, de pronto, nos duelen muchísimo las muelas del juicio. Es un dolor intermitente, muy agudo y realmente molesto, y es aquí donde comienza el pensamiento de acudir al dentista con temor a ver si nuestros pensamientos tienen razón: hay que extraerlas. En Clínica Castelo queremos eliminar ese miedo y hacer que tu visita al dentista sea lo más agradable posible. Por muchos remedios caseros que te hayan dicho para paliar el dolor o hayas visto por Internet, lo más aconsejable y, por lo tanto saludable, que debes hacer es acudir a un profesional. Un dentista será quien se encargue de que tu dolor causado por las muelas del juicio desaparezca.
Las muelas del juicio
También llamadas cordales, las muelas del juicio son cuatro muelas, una por cada lado, que aparecen al fondo de la boca cuando tenemos entre 16 y 20 años. Son las últimas piezas en erupcionar y pueden pasar años desde que crecen por dentro y empiezan a sobresalir. No tienen porqué desarrollarse las cuatro muelas a la vez, como os decimos pueden pasar meses o años o que ni siquiera aparezcan. Por lo general la boca no cuenta con suficiente espacio para cuatro piezas más, cuando eso ocurre los dientes quedan atrapados por otros dientes o por el mismo hueso, causando así dolor e hinchazón. Además, las muelas del juicio suelen emerger giradas, lo que provoca un apiñamiento mayor que suele acabar en infección afectando a las piezas más cercanas.
Extracción de la muela del juicio
A la hora de extraer las muelas del juicio, hay que tener en cuenta la posición que presentan al erupcionar. Si han tenido suficiente espacio para erupcionar, estarán bien colocadas y se extraerán sin problema, utilizando siempre anestesia bucal. Pero si las cordales no han podido erupcionar, será necesaria una cirugía más compleja, que consiste en abrir la encía y extraer la pieza con cuidado. Es la mejor manera de terminar con el sufrimiento que genera la aparición de las muelas del juicio.
Recuperación tras la extracción de la muela del juicio
Durante las siguientes 24 horas, nuestro dentista nos recetará antiinflamatorios y colutorios y, si es necesario, un antibiótico, con el fin de evitar aparición de bacterias que infecten la zona. Deberemos ser cuidadosos durante los primeros minutos, pues la anestesia seguirá haciendo efecto, así que nos aplicarán una gasa para controlar el sangrado. No tenemos que asustarnos si vemos al fondo de la boca algún punto, tendremos que ser cuidadosos para que no se infecte la zona y mantener el cepillado (cuidadoso) diario. Evitaremos el ejercicio físico intenso, fumar y las bebidas muy calientes.
Generalmente, en una semana o dos, la herida ya queda cerrada, por lo que sólo sería necesaria una visita al dentista para asegurarnos que todo está perfecto y retirar los puntos en caso de que fuera necesario.
¿Te duelen las muelas del juicio? Ven a visitarnos y te ayudaremos a eliminar ese dolor tan intenso.